Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Capítulo 210



Capítulo 210

Durante los siguientes dias, Evrie se dedicé a cuidar la alimentacion y la salud de Farel. Poco a poco él mejoraba, hasta que pudo empezar a caminar.

La mayor parte del tiempo la pasaban juntos; Farel aprovechaba cada oportunidad para darle besos apasionados, parecia que nunca tenia suficiente.

Cada vez que Evrie intentaba resistirse, terminaba sin aliento y apretada contra su pecho. —Ya sé que no tengo permitido hacer ejercicio intenso, ;pero tampoco puedo darte unos besitos?—

Evrie, con las mejillas sonrojadas, replicé: —Pero... es que no paras de besarme.—

—<¢Qué clase de noviazgo seria si no nos besaramos?—

Evrie no podia ganarle en la discusion y, cuando intentaba levantarse, él la sujetaba de la barbilla y le sellaba los labios una vez mas.

Los dias transcurrian tranquilos, sin interrupciones.

Incluso Evrie habia empezado a olvidar las sombras de ese lugar.

Cuando el sol brillaba en todo su esplendor, Evrie tendia la ropa y exponia las sabanas al sol en la terraza del hospital. Desde alli, se veia un imponente edificio dorado a lo lejos, semejante a un gran palacio, resplandeciendo bajo el sol. Evrie no podia evitar mirarlo detenidamente.

Entonces, vio a varios individuos de negro arrastrando a una persona hacia un coche.

El vehiculo se alejo rapidamente.

Evrie sintio un escalofrio.

—<¢Qué lugar es ese?— pregunto.

Rena, siguiendo la mirada de Evrie, contestd con indiferenci:

—Ah, ese es el casino mas grande de por aqui, un lugar de apuestas.copy right hot novel pub

~Un casino?

Evrie tom6 aire; no era comtn para ella ver algo asi.

Supuso que la persona que vio antes debia tener deudas de juego y no podia pagarlas.

Habia escuchado historias similares en su pais natal, sobre personas que apostaban en el extranjero y terminaban arruinadas. Definitivamente no era algo positivo.

—Sefiorita Evrie, zte gustaria ir a jugar?— Rena, al ver la fascinacién en la mirada de Evrie, ofrecié: —Si quieres, puedo pedirle a mi esposo que te lleve a jugar un par de rondas. Mucha gente de tu ciudad juegan alli —

Evrie nego con la cabeza rapidamente. —Mejor no, para mi esas cosas son ilegales, no estan permitidas — Rena asintid, como si empezara a entender, y no profundiz6 mas en el tema.

Evrie sonrié con timidez y no volvid a mencionar el asunto.

Dentro del casino, habia un ambiente de luces y colores, de euforia y desenfreno. Alrededor de las mesas de juego se agrupaban personas, y aunque era de dia, la actividad no cesaba.

—jHe ganado, he vuelto a ganar!— se escuchaba el grito emocionado en una de las mesas, provocando envidia entre los presentes.

—Oscar, amigo, hoy estas de suerte, jtres dias seguidos ganando!—

Sus compafieros de juego no podian ocultar su envidia.

Oscar estaba sentado frente a una pila de fichas que parecia una montafia, su rostro irradiaba felicidad.

—Ah, eso no es nada, tal vez sea mi habilidad con las cartas. Naci para esto, jaqui solo vengo a recoger dinero!— Los otros tres hombres a la mesa le recordaron con cierta acidez:

—WMejor que te lo tomes con calma, Oscar. Recoge tus ganancias antes de que no te quede ni para los calzones.— —Tranquilos, sé lo que hago.—

Oscar respondié con confianza, golpeandose el pecho como si ya tuviera la victoria asegurada.

Le habian dicho que alli podrian hacerse ricos rapidamente, y aunque al principio Oscar no lo creia, decidié acompafarlos para ver el mundo.

El primer dia, le dieron diez mil en fichas gratis, y tras jugar unas pocas manos, gano mas de treinta mil.

El casino le cambio las ganancias por efectivo al instante, y podia llevarselo cuando quisiera.

Ver tanto dinero lo habia emocionado.

Era la primera vez que ganaba dinero tan facilmente, jugando unas pocas partidas y multiplicando su capital. jEra adictivo! Después de jugar unas rondas, Oscar, sin ser codicioso, cambid sus fichas por efectivo y se fue feliz al hotel.

En apenas tres dias, habia ganado casi cien mil.

Ese dinero, apilado sobre la cama, le daba una sensacion indescriptible de placer.

Oscar sacé el celular con emocién y llamé a su esposa Samia.

Samia, al otro lado de la linea, empez6 a gritar de la emocién.

— Dios mio, no puede ser verdad! ,En tan solo unos dias ganaste todo eso? Espera, no estaras metido en algo ilegal, everdad?—

Oscar se perdia en sus suerios de grandeza.

—Mi amor, jeres increible, te amo!—

Samia se deshacia en felicidad del otro lado del teléfono.

La voz de ella estaba llena de admiracién hacia Oscar, y él se sentia en las nubes con tantos halagos.

Si no fuera porque alli no podia depositar el efectivo en el banco, ya hubiera hecho una transferencia impulsiva a Samia. Pero atin no podia mandar dinero a casa.

Necesitaba ese capital para seguir multiplicandolo.NôvelDrama.Org owns all © content.

Solo un par de dias mas y se retiraria del juego.

Oscar pensaba en todo eso con una sonrisa de oreja a oreja.


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