Chapter 571
Chapter 571
Capítulo571
El amplio salón quedó en silencio de repente. Clara parpadeó sus hermosos ojos, luchando por
contener la iisa. Alejandro, al ver a su amada luciendo una expresión tan traviesa, olvidó
instantáneamente el dolor que lo aquejaba y la miró con admiración, y, con una sonrisa
complaciente jugando con sus labios.
Las personas presentes, viendo que Fernando no le daba ninguna cara a Enrique y que reprendía
públicamente al anfitrión de Villa Mar, se quedaron boquiabiertas. Después de todo, Enrique era
una figura de alto estatus y no era nada halagador que su propio padre lo reprendiera de esa
manera en público.
La autoestima de Enrique se vio gravemente herida y su rostro se enrojeció rápidamente lleno de
vergüenza y enfado. Apretando los dientes, ordenó friamente al mayordomo: -Haz que todos se
vayan de esta sala.
-No. La situación de esta noche debe resolverse aquí en presencia de todos. Nadie debe abandonar
esta sala-declaró el patriarca con una imponente autoridad que no se podía ignorar.
Cuando Clara estaba enojada, su presencia era igual de impresionante que la de su abuelo, y
parecían un par de abuelo y nieta.
-¿Qué estás insinuando, papá? – Enrique frunció el ceño, su enojo apenas disfrazado.
Fernando entrecerró los ojos, y respondió con desprecio: -Golpeaste a Alejandro delante de toda la Content © copyrighted by NôvelDrama.Org.
familia, sin importar su dignidad. Ahora, resolveremos esta situación en presencia de toda la
familia. ¿Qué es lo que no puedes aceptar?
-Papá, ¿no puedes seguir protegiendo a este hijo ingrato? ¿estás animándole su mal
comportamiento? – Enrique señaló a Alejandro con una expresión de enojo y su rostro se
enrojeció. Lo has mimado tanto que ha perdido el respeto, incluso por su propio padre. Si esto
continúa, ni siquiera me verá como su padre biológico.
Alejandro soltó una risa fría, sus ojos llenos de frialdad. Cuando su madre se lanzó desde el balcón
de esta mansión, él ya no consideraba a este hombre como su padre en ningún sentido.
Esta risa fría no pasó desapercibida para Clara.
Ella observó discretamente el perfil pálido y distintivo del hombre, y desde sus claros y
encantadores ojos, descubrió un profundo y desgarrador odio. No pudo evitar sentir una punzada
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¿Dices que Alejandro no sabe respetar a los demás y que ha perdido todo sentido de la autoridad?
Entonces, dime, ¿cómo exactamente ha actuado de manera irresponsable? -preguntó Fernando
con calma, incluso se permitió se tomó el tiempo de molestar su dentadura.
Este anciano parecía volverse más audaz y desvergonzado a medida que envejecia. Quizás pasó
demasiado tiempo reprimido en su juventud, en la mansión de la familia Hernández, y ahora que
era mayor y tenía todo lo que deseaba, se estaba liberando de todo por completo.
-Él me desafió y mostró desobediencia-dijo Enrique, visiblemente frustrado y hablando sin
pensar. -Cuando lo reprendí, lo hice con razón. Además, como su padre, ¿qué hay de malo en
enseñarle una lección?
–
-Si hablamos de desafío y desobediencia, Enrique, déjame decirte que tú también no has
establecido un buen ejemplo para tu propio hijo-Fernando miró con disgusto a Ema y continuó. –
Siguiendo tu lógica, cuando te casaste con Ema, debería haber usado un látigo para castigarte por
desobedecer a la familia Hernández.
El rostro de la pareja de la familia Hernández cambió drásticamente, volviéndose cada vez más
sombrío.
-La ley de la familia Hernández castiga, a aquellos que cometen errores reales, a aquellos que
realmente merecen castigo. Solo quiero preguntarte, Enrique, ¿en qué ha fallado Alejandro? ¿
Puedes decirme eso?
Fernando golpeó bruscamente el reposabrazos del sillón, haciendo que Ema temblara de pies a
cabeza.
-¡Resulta que dejó sus propios asuntos familiares para apoyar a la familia Pérez! – Enrique
finalmente no pudo contenerse y terminó revelando la verdad.