Chapter 559
Chapter 559
Capítulo559
-Tengo un conocido, que está a punto de cumplir años, y quiero que ella diseñe un vestido. Planeo regalarle este vestido a esa persona-dijo Alejandro con cierto tono evasivo.
No quería contarle sobre el vestido que estaba encargando para Luz; quería darle una sorpresa más adelante. Sin embargo, Clara pensó que estaba encargando el vestido para su madrastra.
Clara sonrió burlonamente. -Casi se me olvida. Este fin de semana es el cumpleaños de la noble
señora de Enrique. Supongo que quieres aprovechar la oportunidad para impresionar a Enrique y
darle un regalo de cumpleaños a tu madrastra, ¿verdad? ¡Estás siendo considerado!
-Clara-Alejandro frunció el ceño levemente y mostró un toque de molestia. No le importaba tanto
su sarcasmo, sino que no le gustaba la sensación de ser malinterpretado.
-Cuando contactes a Sharon, asegúrate de no decirle que es un regalo de cumpleaños para Ema.
Temo que ella te regañe por eso-Clara dijo con ira contenida y luego se dio la vuelta, sin mirarlo. –
¿Ya terminaste? Lárgate de una vez, aún tengo mucho trabajo que hacer y estás estorbando.
―
De repente, Clara se distrajo y se pinchó el dedo con la aguja, lo que la hizo soltar un pequeño grito.
-¿Qué pasó? ¿Te lastimaste? – Alejandro se apresuró a acercarse a ella y agarró su delicada mano.
En la yema de uno de los dedos de Clara, la sangre brotaba de una pequeña herida causada por la
aguja.
Alejandro frunció el ceño, la picadura de la aguja le recordó su propio dolor. -¿Te duele mucho?
-Suelta-Clara intentó liberar su mano de su agarre, pero fue en vano.
La gota de sangre se expandía, pareciendo una rosa de colores densos que florecía frente a él,
haciendo que sus ojos se humedecieran.
Al instante, Alejandro, sin saber de dónde sacó el coraje, metió el dedo de Clara en su boca.
Los ojos de Clara se abrieron ampliamente, cuando su corazón comenzó a latir con fuerza. Una
sensación inefable de calidez y humedad envolvía su dedo, mientras era suavemente succionado. NôvelDrama.Org holds text © rights.
Clara sintió un hormigueo que se extendía rápidamente desde su dedo hacia su corazón,
recorriendo todo su cuerpo en un instante. Su respiración se volvió errática, sus mejillas se
encendieron y sus dedos temblaron incontrolablemente en la boca ardiente del hombre.
Alejandro claramente percibió sus temblores, y entrecerró ligeramente los ojos con una mirada seductora. Sus labios finos acariciaron los nudillos de Clara, alternando entre besos profundos y
ligeros.
Cuando sus miradas se cruzaron, Clara sintió que su cuerpo se debilitaba y su mente se nublaba.
Los ojos de Alejandro estaban llenos de pasión, como aquella noche cuando hicieron el amor bajo
la luz de la luna, y ella se perdió en su mirada.
Aunque no habían hecho nada en realidad, sentían como si hubieran hecho todo.
Alejandro comenzó a respirar con rapidez, y la temperatura en la habitación aumentó de forma
imperceptible.
-Eso es suficiente-dijo Clara, con pánico en su interior. Se retiró de su agarre y retrocedió medio
paso.
Pero Alejandro extendió su largo brazo y la atrajo hacia su pecho con fuerza. ¡Alejandro! ¿Qué
estás haciendo? -exclamó Clara, con los ojos llenos de miedo.
El hombre tenía un deseo incontrolable en su corazón, mientras miraba sus ojos, que brillaban
como estrellas. Sus cuerpos estaban tan cerca que sus corazones latían con fuerza, y sus
temperaturas se elevaban.
-Clara, quiero besarte-dijo sin rodeos, sus ojos llenos de deseo y sinceridad.
El corazón de Clara latió con fuerza cuando mordió su labio inferior y dijo con firmeza: -No lo
harás.
Entonces, un beso inesperado selló sus labios, silenciando sus palabras y abriendo sus bocas. El
beso fue profundo y apasionado, y se volvía cada vez más intenso.