Cómo la muerte se convirtió en mi renacimiento

Capítulo 207

Catalina le colgó a Jeremias afuera de Casa Primavera.

Estaba confundida sobre por qué desapareció durante días. Sólo lo vio una vez en El Urbano y no púdo encontrarlo en Buenaventura ni en Casa Primavera.

¿Cómo podría culparme por no llamarlo?‘ pensó.

“¿Qué ocurre?” Alejandro sintió curiosidad al ver la mirada vacilante de Catalina.

“Nada. Parece que a Jeremías le pasa algo“.

Ella no sabía lo que estaba pasando.

Alejandro arqueó las cejas pero no preguntó más. A Jeremías no le importaba en absoluto.

Cuando entraron a la villa, Catalina vio unas personas frente a ellos, entonces dijo: “¿Viste a esas personas en la puerta, Alejandro?“.

Alejandro siguió el gesto de Catalina y de pronto se puso serio. “Sí, las vi. Está bien. Puedes irte a casa ya“. Belongs © to NôvelDrama.Org.

Alejandro no tomó en serio a las personas que estaban en la puerta porque sabía por qué estaban allí.

“¿No necesitas mi ayuda?” Catalina arqueó las cejas y sintió que las cosas no eran tan sencillas como pensaba. Ella no quería dejarlo solo.

“Puedo manejarlo solo. No son rival para mí“.

No los tomó en serio a pesar de que vinieron a su casa.

De pie en la puerta estaba la familia Zúñiga.

Catalina no se adelantó ni se fue. Ella simplemente se paró a 16 pies de la puerta y la observó en silencio.

Alejandro se adelantó tranquilamente y preguntó: “¿Qué quieres?”

La indiferencia y distancia en su tono dejaron a Héctor un poco atónito.

“Quiero hablar contigo, Alejandro“.

Con Héctor vinieron Julieta, Toribio y un anciano.

“No tenemos nada de qué hablar“, se negó Alejandro.

“No. Tenemos mucho de qué hablar. ¿Por qué has estado yendo contra mí, Julieta y el anciano?”

Alejandro siempre fue el hijo del que Héctor estaba orgulloso pero nunca lo respeto.

“¿No sabes por qué hago esto?”

No perdonaría a nadie que hubiera lastimado a su madre y a él.

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Capítulo 207

El rostro de Héctor palideció. Parecía que Alejandro lo sabía todo.

“Fue sólo un accidente. ¿Por qué no puedes superarlo?”

Antes de morir, Fiona planeaba darle a Alejandro todo lo que ganaba.

Héctor engañó a Fiona y por eso Alejandro nunca le creyó.

“Parece que sabes lo que pasó. Entonces, ¿por qué no me lo dijiste?” Alejandro dejó a Héctor sin palabras.

Héctor suspiró y dijo: “¿Puedes dejarlo pasar si la familia Zúñiga abandona el Grupo Zúñiga?”

Alejandro resopló, “¿Qué te hace pensar que estaría de acuerdo con eso?”

“Entonces, ¿qué quieres exactamente?”

Héctor miró a Alejandro con impotencia y hasta un poco de odio.

Sintió que Alejandro había agotado su culpa por él.

“Ya dije que sólo podrás vivir en paz si me dices quién planeó el accidente“.

Era bastante sencillo, pero la familia Zúñiga simplemente no estaba de acuerdo.

Julieta no pudo soportar más, así que se adelantó y dijo: “Han pasado tantos años, Alejandro, y ahora tienes a toda la familia Zúñiga bajo tu control. ¿No estás satisfecho?“.

Ella pensó: ‘¿Por qué tiene que recuperar el pasado? Su madre está muerta. ¿No puede simplemente perdonarnos? ¿Cree que lo que tiene no es suficiente?‘

“Eres la última persona en condiciones de convencerme de algo, Julieta. No te han denunciado sólo porque piensan que no tengo pruebas. ¿Sabes qué? Las tengo y estoy simplemente dándole a la familia Zúñiga una última oportunidad“.

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“Desafortunadamente, ellos no la quieren, así que tengo que hacerlo a mi manera“.

Las palabras de Alejandro asustaron a Héctor y Julieta.

No podían creer que tuviera la prueba.

Incluso el anciano que estaba a su lado se sintió sorprendido. Aunque no estuvo directamente involucrado en el accidente, sí formaba parte del plan.

Héctor tenía un aspecto terrible. Era cierto que Julieta provocó el accidente, y la razón por la que lo mantuvieron en secreto fue porque el Grupo Zúñiga no podía aguantar otro golpe.

Después de la muerte de Fiona, el Grupo Zúñiga entró en una crisis. Fue Julieta quien se hizo cargo de la empresa y la salvó. Fue entonces cuando Héctor se enteró de que Julieta estaba involucrada en la muerte de Fiona.

Quería llamar a la policía, pero él en ese momento estaba a cargo del Grupo Zúñiga. Además, tenía que pensar en Sergio. Alejandro ya perdió a su madre, así que no podía permitir que Sergio la perdiera

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también.

Por eso Héctor y Toribio mantuvieron esto en secreto. Simplemente no esperaban que Alejandro no lo superara después de tantos años.

Fiona no murió de enfermedad, sino que murió dolorosamente a causa de un veneno crónico administrado por Julieta.

Julieta tenía un poco de miedo de que Alejandro sacara a relucir el pasado después de tantos años, pero se Convenció de que él no podía encontrar las pruebas.

Ella creia que Alejandro sólo estaba mintiendo.

“Sí, lo hice, pero ¿y qué? ¿Tienes alguna evidencia? ¿Qué puedes hacer conmigo? Soy la señora de la familia Zúñiga, pase lo que pase, y solo empeorarás a la familia Zúñiga si me haces algo. ¿Crees que te lo permitirán?”

Julieta pensó que Alejandro no podía hacer nada por ella porque tenía mayores en casa para controlarlo y los accionistas de la empresa para presionarlo.

Catalina poco a poco comprendió lo que estaba pasando.

Alejandro había estado molestando a la familia Zúñiga para vengar a su madre, y probablemente iba a hacer más.

De lo contrário, Héctor no estaría allí.

“Pregúntale al hombre que ha estado contigo todos los años. Su mayor error fue ocultar la evidencia en lugar de destruirla“.

Esa fue la clave de su fracaso.

Julieta nunca esperó que Héctor hubiera reunido las pruebas de su crimen.

Héctor quedó impactado. “¿Cómo pudiste saber dónde lo escondí?”

“Crees que lo disimulaste bien, ¿no, Héctor? Te sobreestimaste“.

Nadie tendría una caja fuerte en el Banco Sovis para guardar cartas que no sean tesoros.

Su propósito era obvio.

Alejandro pensó: ‘Qué hombre tan estúpido. ¿Alguien pondría cartas en la caja fuerte del Banco Sovis? Ni siquiera un niño lo creería‘.

Catalina se acercó, sintiéndose muda ante el comportamiento tonto de Héctor.

Supuso que por eso Héctor nunca fue el amo de la familia Zúñiga.

Fiona se hizo cargo de toda la familia cuando estaba viva, y después de su muerte, Toribio tomó su lugar y se convirtió en el jefe del Grupo Zúñiga.

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No fue hasta que Alejandro regresó que recuperó todo.

“¿Le vas a quitar la madre a Sergio, Alejandro?”

Al escuchar esto, Julieta pensó que finalmente ella le importaba a Héctor después de tantos años. Sin embargo, lo que dijo a continuación la decepcionó. “Sergio perdió las piernas y nadie podrá cuidarlo si arrestan a Julieta“.

“Eso es muy considerado de tu parte. ¿Qué tal si vas a la prisión con ella?”

“¡Virgilio!”

“¡Sí, señor Zúñiga!”

Catalina se sorprendió al ver a Virgilio salir de la nada.

“Llévatelos“.

“¡Entiendo!”

“Soy tu mayor, Alejandro. ¿Cómo te atreves a hacerme esto?”

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Sólo entonces la actitud del mayor cambió un poco. No podía creer que Alejandro fuera tan valiente como para atreverse a enfrentarse a él.

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