Capítulo 258
Capitulo 258: Viene Con Malas Intenciones
Valentina habla estado dudando frente al edificio durante un rato, preguntándose si subir o no.
-¿Valen?
De repente, una voz sonó, y Valentina se giró hacia ella, encontrándose con un par de ojos que pretendian ser amistosos». Lucia nunca habla imaginado que Valentina volveria a este lugar. Desde aquel día en el hospital, cuando Valentina declaró su intención de distanciarse de la familia Valenzuela, no habla vuelto. ¿Qué la trala por aqui hoy?
Con curiosidad, Lucia se acercó.
-Valen, ¿a qué has venido?
Aunque Valentina no recordaba bien a esta mujer, era evidente que se conocían. En cuanto a la relación entre ellas…
Valentina esbozó una sonrisa y asintió en señal de saludo, sin responder a la pregunta de Lucía. Ni siquiera Valentina sabía por qué había venido. La reacción dejó a Lucía desconcertada por
momento.
un
-Mira por dónde, aquí, claro que vine por algo. Vamos, subamos juntas.
Lucia tomó cariñosamente la mano de Valentina, como si fueran grandes amigas. Valentina, incapaz de resistirse a su curiosidad sobre su propia memoria, finalmente siguió a Lucía y subieron en el
elevador.
Dentro, Lucía contestó una llamada. Era Federico, quien transmitia un mensaje de don Raúl Aitana
entraría al Grupo Valenzuela Joyeria y debían encontrarle un puesto adecuado. Lucia sonrió con sarcasmo. Aitana estaba empezando a hacer su jugada. Sabía que Aitana entraria en el negocio de la
familia Valenzuela, buscando meter la mano para poder controlar mejor el Grupo Valenzuela, incluso después de la muerte del abuelo. Lucía no le daba mucha importancia.
Pero luego, mirando a Valentina, Lucia dijo al teléfono:
-Está bien, dile al abuelo que no se preocupe, me encargaré de todo. Oh, ya que hoy estoy aqui, ¿por qué no deja que ella venga a familiarizarse primero? -Tras obtener una respuesta afirmativa de
Federico, colgó.
Con Valentina presente y Aitana en camino, parecia que el día traeria consigo un espectáculo interesante. Valentina, ajena a los pensamientos de Lucia, sintió de repente una irritación inexplicable. ¿ Era por la empresa?
Frunciendo el ceño, salió del elevador y siguió a Lucía. El ambiente en el área de oficinas parecia tenso.
Lucía estaba a punto de indagar sobre el motivo de la visita de Valentina cuando su asistente corrió
hacia ella.
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-Señorita Lucia, tiene que ver esto….
Lucia fue arrastrada, dejando a Valentina sola, lo que de repente la hizo sentir desprotegida. Lucia miró hacia atrás, esbozando una sonrisa fria y realizando una llamada telefónica malintencionada.
El ambiente en la oficina estaba especialmente ajetreado. Valentina entró al área de oficinas y su mirada se posó en la placa de una puerta: Oficina de directora de Diseño. Parecia que solia ocupar ese
puesto…
Justo cuando Valentina tocó el pomo de la puerta, una voz aguda resonó:
-Vaya, vaya, ¿quién es si no la directora Lancaster?
La persona era Alexia Jones, quien había hablado mal de Valentina a sus espaldas y luego fue despedida por instrucciones de Lucía. Después de que Valentina anunciara su separación de la familia
Valenzuela, Lucia la habla reincorporado personalmente.
Ahora, Alexia vela a Lucía como a su patrona y detestaba profundamente a Valentina. Lucia le habia pedido que atendiera a Valentina, y Alexia estaba más que dispuesta a saldar cuentas antiguas y
recientes.
-¿Quién eres…?–Valentina frunció el ceño, preguntando.
Valentina no lograba recordarla, lo que inflamó aún más el enojo de Alexia. Su mirada se fijó en la mano de Valentina que tocaba el pomo de la puerta. Alexia había recibido la llamada de Lucia mientras estaba en el área de descanso preparándose un té. En ese momento, sostenía una taza térmica llena de agua hirviendo. Con un brillo de malicia en sus ojos, Alexia avanzó decididamente.
Hizo como que tropezaba, y el agua de la taza térmica se derramo, como si fuera por accidente, sobre la mano de Valentina. En ese instante, Valentina intentó retirar su mano, pero fue demasiado tarde.
-¡Ah!
El dolor fue inmediato. Su delicada piel se enrojeció al instante. Instintivamente, Valentina corrió hacia
el baño. En su prisa, chocó contra Alexia, pero en ese momento no podia preocuparse por ello.
Una vez en el baño, abrió el grifo de agua fría y dejó que el agua corriese sobre su mano quemada. No sabia cuánto tiempo pasó hasta que el dolor comenzó a disminuir, pero su mano ya habla comenzado
a ampollarse.
Valentina tomó una profunda respiración, dándose cuenta de que, en su carrera hacia el baño, parecia recordar instintivamente dónde estaba. Evidentemente, estaba familiarizada con este lugar. Y esa
oficina del director de diseño… tal vez alli encontrarla más recuerdos proplos.
Mientras Valentina reflexionaba sobre esto, la oficina fuera del baño estaba alborotada. El choque con Alexia habla resultado en que Alexia terminara sentada en el suelo, aparentemente sin lesiones. Sin embargo, al ver que los colegas se acercaban preocupados, empezó a actuar como si hubiese sufrido una gran caída, quejándose de dolor incluso mientras la ayudaban a sentarse.
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Al salir Valentina y ver esta escena, se quedó perpleja. Antes de que pudiera decir algo, Alexia se
adelantó acusándola.
-¡Directora Lancaster, aunque te haya ofendido antes, no tienes derecho a tratarme asil
Valentina se quedó en silencio. Era irónico, ¿cómo había sido cruel con ella? Pero entonces… Valentinal captó algo más importante de las palabras de Alexia: tenían un conflicto previo. No era de extrañar que Alexia mostrara hostilidad desde el principio.
Pero la llamaban «Directora Lancaster y desafiaba tan abiertamente a su superiora, Eso significaba que Alexia no actuaba por impulsividad sino que estaba respaldada por alguien.
Valentina pensó un momento y concluyó que lo más probable es que tuviera a alguien apoyándola desde las sombras. Pero, ¿quién estaría detrás de Alexia?
Las acusaciones de Alexia hicieron que todos los ojos se posaran sobre Valentina.
-Caray…Directora Lancaster…
Parecía que nadie esperaba que Valentina regresara. Durante los días en que Valentina estuvo ausente. todo tipo de especulaciones se habian esparcido por la empresa. Todas esas especulaciones llegaban a una conclusión: Valentina habia caldo en desgracia. En poco tiempo, parecía haber perdido el favor de don Raúl haciendo que la gran celebración de bienvenida que se le habia organizado anteriormente pareciera ahora una broma. Pensaban que Valentina nunca volvería a el Grupo Valenzuela Joyería. Pero, contra todo pronóstico, allí estaba.
¿Qué habia venido a hacer?
Casi todos en la sala estaban llenos de curiosidad.
-Directora Lancaster, ¿está bien? -Una empleada notó la mano de Valentina, roja por la quemadura.
Valentina agradeció con la mirada a esa persona, y justo cuando iba a indicar con un movimiento de cabeza que estaba bien, Alexia volvió a intervenir:
-¿Directora Lancaster? Ha estado ausente de la empresa durante mucho tiempo, y su posición de directora ya ha sido reemplazada. ¿Qué clase de Directora Lancaster es ella ahora?
-Y sobre su mano…
Alexia echó un vistazo a la mano quemada de Valentina, sintiendo una perversa satisfacción por dentro.
-Señorita Lancaster, ¿qué pretendia al chocar contra mi a propósito?
Después de su acusación, Alexia soltó un grito de dolor, sosteniéndose la cintura como si se la hubiera
roto.
Valentina encontró extraña la acusación.
-Fui yo quien te chocó, pero no fue a propósito. Si no hubieras…