Capítulo 189
Capítulo 189
Al enterarse de que a Cristián casi le drogan, quiso ir a verlo pero temía encontrarse con sus padres.
Las marcas en su cara aún no habían desaparecido.
Si su mamá lo veía así, seguro se pondría a llorar sin parar.
Y cada lágrima de ella era una puñalada para su papá.
Y bueno, eso significaba que él iba a terminar peor.
Apenas sus papás dejaron el hospital, se lanzó como un rayo para verlo.
Péro al entrar a toda prísa al cuarto del hospital…
¡Por poco piensa que se equivocó de cuarto!
¡Caray!
Su hermano, que parecía un bloque de hielo con patas, ¡estaba besándose con su cuñada!
Volvamos unos minutos atrás.
Soraya se quedó dormida viendo telenovelas y corrió a la cama del hospital de Cristián, insistiendo en compartir cama con él.
Cristián, tratando de trabajar, terminó ardiendo por las constantes provocaciones de ella, sintiéndose cada vez más inquieto.
Agarró el pie que ella no paraba de mover. “No te pases.
¿Qué tiene de malo tu cama?
¿Por qué tienes que venir a apretujarte aquí?”
Soraya, con los ojos aún cerrados, sintió que atrapaban su pie pero el otro seguía inquieto.
“No quiero, ya me acostumbré a dormir contigo.
Sola, no puedo conciliar el sueño.”
[Ah, estar solos en el hospital es tan raro.
Tengo que aprovechar cada segundo para seducirlo.
Cuando nos den de alta, mi esposo volverá a esa vida de viajes por trabajo.
Su corazoncito apenas está brotando, tengo qué regarlo para que crezca rápido.]
Cristián casi quería decirle que mejor cuidara ese brote
Antes de que se convirtiera en árbol y ella decidiera talarlo.
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El agua que ella estaba usando era venenosa.
Antes de que pudiera ponerse de pie,
No podía dejar que ella completara şu misión.
De lo contrario, ni siquiera tendría la chance de seguirla.
De repente, Soraya abrió los ojos, dulces como la seda, y susurra, “Esposo.”
Esa voz suave como el agua hizo temblar hasta el último rincón de Cristián. Bajó la mirada hacia la mujer que deliberadamente buscaba problemas.
“¿Te hace falta una lección?”
Soraya, entre risas, “¿No quieres?”
El hombre, fingiendo desinterés, “No.”
Soraya, sintiendo el calor bajo su pie, sonrió aún más, “Ya estás listo.”
Ella lo hacía a propósito.
Sabía que en plena luz del día, y en el hospital, él se contendría.
No la tocaría.
Cristián frunció el ceño.
Levantándola de un tirón, sujetó su barbilla, su mirada oscurecida por la pasión.
¿Tan desesperada estás?
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Capitulo 189
Anoche no quedaste satisfecha?”
Esta mujer, incluso herida, no sabía quedarse quieta.
¿De verdad pensaba que él se iba a comportar?
Si no fuera porque su mano estaba lesionada….
Al mencionar la noche anterior, Soraya, recordando lo que él había hecho con sus manos…
Se sonrojó intensamente.
Viendo el desec en los ojos de Cristián, se acobardó.
[Ay, me pasé sobre pase.
Tengo más cara que espalda.]
Esquivando su mano, dijo con una risita, “Era broma.
Mejor vuelvo a mi cama.”
Y justo cuando estaba a punto de bajarse de la cama.
Cristián, entre risas y enojo, “Siempre provocas y luego huyes, eres un caso.”
Dicho esto, la besó sin pedir permiso.
El segundo beso iniciado por él.
Soraya, por primera vez, sintió cómo su corazón se aceleraba.
Ese latir frenético, como un ciervo asustado.
La pasión ardiente de Cristián rompió su resistencia, invadiendo cada espacio con fervor.
Por primera vez, Soraya sintió el entusiasmo de Cristián en su plenitud.
[Ay, Dios, esto es demasiado.
Mi corazón creo que estallara.
Si sigue así, caeré rendida…]
Estaba a punto de soltar un par de quejas cuando de repente alguien los interrumpió.
“¿Cuánto piensan seguir? Ni cerraron la puerta.”
Herminio irrumpió sin más, arruinando el momento.
Al escuchar la voz, Cristián rápidamente ocultó a Soraya en su pecho, mirando con desdén al recién llegado.
“¿Ya se te curaron las heridas?” Copyright by Nôv/elDrama.Org.
Herminio acercó una silla y se sentó, “Eso es casi todo.
Estaba preocupado por ti, supe lo del intento de drogarte.
Esperé a que los viejos se fueran para venir.”
Soraya, sin perder la compostura, levantó la mirada hacia Herminio, notando que el reloj de su vida marcaba una cuenta regresiva.
[Ay, por Dios, ¡10 días!
¿No le quedaban meses de vida?
¿Acaso adelantaron su misión?]
Justo cuando pensaba esto, Herminio recibió una llamada de sus superiores.
*Supongo que ya estás casi recuperado. Te daremos 5 días más de descanso.
Cinco días después de regresar al equipo, hay una misión que necesitas realizar junto a Ricardo Villarroel.